“La primera vez que vi a Frances supe que había encontrado a la persona indicada. Más tarde, el Señor nos juntó, y le pedí que saliera conmigo.” (Thomas S. Monson)

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El presidente Monson ingresó a la Universidad de Utah, donde conoció a Frances Beverly Johnson durante su primer año.  La vio por primera vez en el baile “Hello Day” que se realizó en su universidad en el año 1944.
Ella estaba bailando con otro chico, pero eso no detuvo al presidente Monson, que estaba determinado a verla de nuevo.
Un mes más tarde llegó su oportunidad cuando vio a Frances con tres de sus amigos esperando el tranvía.
Según la biografía “To the Rescue”, El presidente Monson reconoció que uno de los amigos de Frances había sido su compañero en la escuela primaria, aunque no podía recordar su nombre.
Para resolver eso, el presidente Monson saludó a su compañero de la escuela primaria con un “Hola, mi viejo amigo”, y su amigo le presentó al grupo. Después de subirse al tranvía junto con ellos, el presidente Monson encerró en un círculo el nombre de “Frances Bervely Johnson” en el directorio estudiantil y le llamó esa misma noche.
Para su primera cita, el presidente Monson invitó a Frances a un baile que se llevó a cabo en el edificio de la estaca Pionner, donde en esa ocasión él sería el chico que bailaría con ella.
Al acercarse su decimoctavo cumpleaños, el reclutamiento para el servicio militar parecía ineludible, por lo que decidió enrolarse en la Reserva de la Marina de los Estados Unidos. Después regresó a casa y reanudó su carrera universitaria, y también su cortejo con Frances.
A su regreso un día fue a recogerla a su casa, y conoció al padre de Frances, él cuenta lo siguiente:
“Cuando me presentó, su padre dijo: ‘Monson, ése es un apellido sueco, ¿no es así?’.
“Le dije: ‘Sí’.
“Él contestó: ‘Muy bien’.
“Entonces fue a otra habitación y trajo una fotografía de dos misioneros con sombrero de copa y sus ejemplares del Libro de Mormón.
“‘¿Tiene algún parentesco con este Monson?’, dijo, ‘¿Elias Monson?’.
“Le dije: ‘Sí, es el hermano de mi abuelo; él también fue misionero en Suecia’.
“El padre de ella lloró, cosa que hacía con facilidad, y dijo: ‘Él y su compañero fueron los misioneros que enseñaron el Evangelio a mis padres, a todos mis hermanos y hermanas, y a mí”. Me besó en la mejilla, tras lo cual la madre lloró y me besó en la otra mejilla; miré a mi alrededor en busca de Frances, que dijo: “Iré a buscar el abrigo”

Tom sonrió para sus adentros, pensando que aquél era un comienzo muy prometedor para su noviazgo. (Jeffrey R. Holland)

Según su biografía,al final de la visita sabía que iba a “la mitad del camino para ganar la mano de la hija de los Johnson”

La relación que tuvo con la familia de ella se afianzó desde el momento en que se conocieron. (Jeffrey R. Holland)

En la primavera de 1947, el presidente Monson le propuso matrimonio a Frances, aunque no fue tan sorpresivo como él deseaba. Con el anillo en su bolsillo hicieron una parada en la casa del presidente, y ahí fue cuando el hermano de 4 años del presidente le dijo a Frances “Tommy tiene un anillo para ti, Frances”.
Thomas Monson y Frances Johnson se casaron el 7 de octubre de 1948, en el Templo de Salt Lake, pocos meses después de que se graduara de la Universidad de Utah, con un título en administración de empresas.
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La hermana Monson no recordaba ninguna época en la cual su esposo no estuviera ocupado prestando servicio en la Iglesia. “Tom era secretario del barrio y luego fue superintendente de los Hombres Jóvenes de la AMM [Asociación de Mejoramiento Mutuo] cuando éramos recién casados; desde entonces, ha pasado de una asignación a otra continuamente”, decía sonriente. Ha ocupado constantemente puestos prominentes de liderazgo en la Iglesia desde mayo de 1950.
Fue llamado como obispo a la edad de 22 años, en un barrio con 1.080 miembros donde eran 84 viudas. Pero el obispo Monson no perdió el tiempo; él oró y manos a la obra. Él sirvió, él amó, él fortaleció; era su deber, pero también era el curso que su corazón le dictaba. Estaba “en la obra del Señor”

“No podría haber pedido una compañera más leal, amorosa y comprensiva.” (Thomas S. Monson)

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La hermana Frances se expresó de la siguiente manera sobre su esposo:
“Jamás ha sido un sacrificio para mí ver a mi esposo ocupado en la obra del Señor. Sino que me ha bendecido y ha sido una bendición para nuestros hijos. Él siempre ha sabido que si se trataba de la Iglesia, yo esperaba que hiciera lo que debía hacer”.
Mientras que el presidente Monson mencionó lo siguiente sobre el apoyo de su esposa al cumplir con sus llamamientos:
“Nunca he oído a Frances quejarse una vez de mis responsabilidades de la Iglesia. He estado ausente muchos días y muchas noches. Pero no hay nadie que se le iguale, absolutamente nadie. Me ha apoyado en todo sentido y es una mujer de fe tranquila y profundamente fuerte”
“A pesar de que mi servicio en la Iglesia empezó cuando era muy joven, ella jamás se ha quejado cuando he salido de casa para asistir a reuniones o para cumplir una asignación. Durante muchos años, mis asignaciones hacían que con frecuencia me ausentara de Salt Lake City , a veces por 5 semanas, dejándola sola para cuidar de nuestros hijos pequeños y nuestro hogar. Desde que fui llamado como obispo a los 22 años, raras veces hemos tenido el lujo de sentarnos juntos durante un servicio de la Iglesia.”
El presidente reconoce también que ella fue un elemento fundamental en mantener un fuerte ambiente hogareño para sus tres hijos: Thomas Lee, Ann Frances y Clark Spencer Monson.
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Por el élder Harold B. Lee, Tom, el mayor de los hijos de Thomas Monson, recibió su segundo nombre; y Clark, el segundo hijo de los Monson, recibió el nombre de pila por otro amigo de la familia: el presidente J. Reuben Clark (1871–1961), que fue Consejero de la Primera Presidencia.
Su hijo Clark, dijo que, aun cuando el padre viajaba con frecuencia por asuntos de la Iglesia y estaba ausente muchos fines de semana, “siempre dedicaba tiempo a sus hijos y todavía sigue haciéndolo. Nunca me sentí privado de pasar tiempo con papá. Cuando estaba en casa, jugaba con nosotros y nos llevaba a comer helado. En el verano tenía más tiempo libre y lo pasábamos juntos en la cabaña que tenía la familia en el cañón de Provo. Cuando era niño, pasé muchas horas pescando con mi padre. No me imagino ninguna manera mejor de que un padre y un hijo pasen tiempo juntos”.

Su hija Ann, dijo que siempre tuvo presente que una de las mejores formas de servir y honrar a su padre era hacer lo mismo con su madre. Agrega que él siempre ha sido cariñoso con sus hijos y los ha apoyado, y ahora hace lo mismo con sus nietos. “Mis hijos han disfrutado mucho de ayudar al abuelo a cortar el césped”, dice; “les encanta trabajar con él”. Y continúa: “A todos los de la familia nos gusta sentarnos alrededor de una fogata, junto a la cabaña familiar, escuchando los cuentos del abuelo”. También afirma que su padre siempre ha sido generoso en compartir lo que ha aprendido.

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Su relación con los líderes de la Iglesia comenzó cuando todavía era joven. El presidente Harold B. Lee (1899–1973) había sido presidente de su estaca; en 1950 Tom Monson se dirigió a su amigo, el entonces élder Lee, del Quórum de los Doce Apóstoles, para pedirle consejo en una decisión muy importante que debía tomar. Mientras prestaba servicio como subalterno de marina en la Reserva Naval, después de la Segunda Guerra Mundial, le ofrecieron una comisión de alférez de marina, o sea, de oficial. ¿Debía aceptarla, sabiendo que si su unidad se activaba lo mandarían lejos del hogar? Cuando el presidente Lee le aconsejó que rechazara la comisión y renunciara a la marina, él luchó con la decisión porque la posición de oficial era un ascenso que se había afanado por lograr. No obstante, siguió el consejo. Cuando lo llamaron de obispo poco tiempo después, el élder Lee, que lo apartó, comentó que si Tom se hubiera comprometido a seguir en la marina, probablemente no habría recibido ese llamamiento. Y suponemos que tampoco habría recibido ninguno de los llamamientos muy importantes que siguieron a aquél.

A la edad de 27 años, Thomas S. Monson fue llamado como consejero de la presidencia de la Estaca Temple View, Salt Lake City. Estaba sirviendo en ese llamamiento cuando, a la edad de 31 años, fue llamado como presidente de la Misión Canadiense. Después de regresar de servir como presidente de misión, fue llamado para servir en el sumo consejo y en comités generales de la Iglesia. Pasaría poco más de un año cuando, a los 36 años, recibiría el llamamiento de Apóstol del Señor Jesucristo.

En 1985, el año en que fue llamado a la Primera Presidencia, entregó sus memorias a los miembros de su familia. En ese ejemplar, escribió: “Rememorando sobre mi vida, es fácil reconocer la influencia que ha tenido en mí la guía de mi amoroso Padre Celestial. Testifico que Su atento cuidado y Sus prometidas bendiciones han sido dones que he recibido con gratitud. Sus palabras se han hecho realidad en mi vida: ‘…iré delante de vuestra faz. Estaré a vuestra diestra y a vuestra siniestra, y mi Espíritu estará en vuestro corazón, y mis ángeles alrededor de vosotros, para sosteneros’ (D. y C. 84:88)”.

Después de expresar agradecimiento por su amada Frances y los hijos y nietos de ambos, concluye diciendo: “¡Ojalá que siempre se me encuentre en ‘la obra del Señor’!”

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El presidente Monson contó una anécdota sobre una caída que sufrió su esposa, él dijo:

“Hace unos años, mi adorada Frances sufrió una grave caída; estuvo hospitalizada y permaneció en coma durante dieciocho días. Yo permanecí a su lado, sin mover un músculo. Los niños lloraron, los nietos lloraron, y yo lloré. Permanecía totalmente inmóvil.

“Entonces un día abrió los ojos y yo batí el récord de velocidad para llegar a su lado; le di un beso y un abrazo y le dije: ‘Has vuelto; te amo’. Ella respondió: ‘Yo también te amo, Tom, pero tenemos serios problemas’. Pensé: ¿Qué sabes tú de problemas, Frances? Me dijo: ‘Olvidé poner en el correo el pago de los impuestos del último trimestre’.
Le dije: “Frances, si me lo hubieras dicho antes de que me dieras el beso y me dijeras que me amabas, tal vez te hubiera dejado aquí”

Celebración del 60 aniversario. 2008. Foto por Tom Smart

La  vida mortal de la hermana Frances  concluyó el 17 de mayo de 2013 cuando falleció a los 85 años pacíficamente debido a causas relacionadas con la edad.
“Ella amaba profundamente a mi padre, reconocía los talentos y los dones que él tenía y era un placer para ella apoyarlo y ayudarlo a magnificar sus talentos”, dijo su hija Ann. Describió a su madre como “alguien que siempre escuchaba, y quizás mencionaba unas pocas palabras en cuanto a lo que ella haría si estuviera en la misma situación… Su ejemplo constante… llegó a ser la mayor influencia en mi vida. Nunca había duda de lo que creía, lo que haría y lo que esperaba que otros hicieran. Era un ejemplo de lo que se debía ser como Santo de los Últimos Días, como cristiano.
En su servicio fúnebre se pronunciaron las siguientes palabras.
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“Frances Johnson Monson, esposa amada, y compañera por casi 65 años del presidente Thomas S. Monson. Su muerte es un cierre para la etapa donde sirvió como esposa, madre de 3 hijos, abuela de 8 nietos y bisabuela de 8.
Su presencia se extrañará mucho.
Nos reunimos para recordar a una extraordinaria mujer que dedicó su vida a servir al Señor.” (Henry B. Eyring)
“Mi madre amaba mucho a su familia. Después de casarse, el sueño más grande de mi madre era tener hijos. Como familia estamos muy agradecidos con Frances Monson por el legado de humildad, servicio, fidelidad y amor.
Recuerdo sentir el amor de mi madre cuando hablábamos y ella realmente me escuchaba. Se ha dicho que escuchar es un acto de amor. Mi madre debió amarnos a mi y a mi padre demasiado, por que nos escuchaba, demasiado. ” (Ann Monson)
“El presidente Monson dijo alguna vez sobre su esposa [No podría haber pedido una compañera más leal, amorosa y comprensiva]. Él siempre habló sobre la milagrosa fuerza y poder de las esposas y madres. Sé que cuando lo decía, él pensaba en su dulce eterna compañera Frances.
Siempre estuvo para confortar a su esposo y su posteridad y a muchos amigos a través del mundo.
Ahora Frances ha entrado a una nueva esfera, y nos lamentamos porque la extrañaremos. Sin embargo también estamos llenos de gratitud, porque todos nosotros sabemos que la muerte, es sólo una hermosa puerta hacia un mundo aún más hermoso.” (Dieter F. Uchtdorf)
“Nos unimos para celebrar la vida recta de nuestra amiga y decimos adiós por ahora, pero no para siempre. Como el presidente Monson nos enseñó sabiamente [En la muerte de nuestro ser amado, a donde sea que vayamos en este hermoso mundo, una parte de esa persona irá con nosotros],así será con Frances.
Frances Monson fue un ejemplo de fortaleza, y propósito, fue un testigo de Dios.” (Henry B. Eyring)
Termino con la invitación que el presidente hizo y que recibimos con gozo y deseo de emular una relación como la de ellos:
Photo courtesy of The Church of Jesus Christ of Latter-Day Saints President Thomas S. Monson and his wife, Frances, in front of the Salt Lake Temple. President Thomas S. Monson was namedÊas the 16th President of The Church of Jesus Christ of Latter-day Saints on February 4, 2008. He had served as a Counselor in the First Presidency of the Church since November 10, 1985. Most recently, on March 12, 1995, he was set apart as First Counselor to President Gordon B. Hinckley. Prior to that, on June 5, 1994, he was called as Second Counselor to President Howard W. Hunter, and on November 10, 1985, as Second Counselor to President Ezra Taft Benson. He was ordained an Apostle and called to the Quorum of the Twelve Apostles on October 4, 1963, at the age of 36. President Monson served as president of the ChurchÕs Canadian Mission, headquartered in Toronto, Ontario, from 1959 to 1962. Prior to that time he served in the presidency of the Temple View Stake in Salt Lake City, Utah, and as a bishop of the Sixth-Seventh Ward in that stake. Born in Salt Lake City, on August 21, 1927, President Monson is the son of G. Spencer and Gladys Condie Monson. He attended Salt Lake City public schools and graduated cum laude from the University of Utah in 1948, receiving a degree in business management. He did graduate work and served as a member of the College of Business faculty at the University of Utah. He later received his MBA degree from Brigham Young University. In April 1981, Brigham Young University conferred upon President Monson the degree of Doctor of Laws, honoris causa. He was given the honorary degree, Doctor of Humane Letters, by Salt Lake Community College in June 1996. He received the Honorary Doctor of Business from the University of Utah in May 2007. He is a member of Alpha Kappa Psi, an honorary business fraternity. President Monson served in the United States Navy near the close of World War II. He married Frances Beverly Johnson on October 7, 1948, in the Salt Lak
“Doy gracias a mi Padre Celestial por Frances, mi dulce compañera… No podría haber pedido una compañera más leal, amorosa y comprensiva”

“Hermanos, tratemos a nuestra esposa con dignidad y respeto; ellas son nuestras compañeras eternas. Hermanas, honren a su marido; ellos necesitan oír buenas palabras; necesitan una sonrisa amigable; necesitan una cálida expresión de verdadero amor”

“A quienes les sea posible asistir al templo, les aconsejo que vayan con frecuencia. El hacerlo fortalecerá su matrimonio y su familia.

Seamos bondadosos los unos con los otros, y estemos atentos a las necesidades de los demás y tratemos de ayudarlos.”

Fuentes:

“Supe que había encontrado a la indicada”, profetas y apóstoles. Thomas S. Monson

“Abundantemente bendecidos”, Thomas S. Monson

“El mirar hacia atrás y seguir adelante” Thomas S. Monson
“El presidente Thomas S. Monson, Jeffrey R. Holland
Biografía Thomas S. Monson
El reciente fallecimiento de Frances J. Monson 
Proposal Stories of Members of the First Presidency” por Katie Lambert LDS.living
Video del funeral de la hermana Frances Monson

[avatar] por Abish Estrada

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