Patrocinadores

Cuando era misionero y enseñaba acerca del “Libro de Mormón” nunca faltó algún investigador que dijera “yo no puedo creer en el Libro de Mormón porque no está en la Biblia”, o bien, “porque la Biblia no menciona a José Smith”, pero ¿es realmente cierto esto?

En Génesis 48 leemos cómo Jacob bendice a Manasés y a Efraín, hijos de José. Dar la bendición al más joven de los hijos no era normal, aquí también se nos dice que Manasés será una nación y que Efraín sería una nación aún más grande.

A José se le dio promesa de una tierra bendecida por Dios. “Rama fructífera es José, Rama fructífera junto a una fuente, cuyos vástagos se extienden sobre el muro;…Por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá Con bendiciones de los cielos de arriba, Con bendiciones del abismo que está abajo…Hasta el término de los collados eternos: serán sobre la cabeza de José, y sobre la frente del que fue apartado de entre sus hermanos.” (Génesis 49:22, 25-26)

¿Qué es este muro sobre el cual habla esta escritura? bueno si leemos más pasajes nos ayudará a comprender qué quiere decir:

“Porque los campos de Hesbón se han marchitado, y la vid de Sibma; los señores de las naciones han hollado sus sarmientos; llegan hasta Jazer, errantes por el desierto; se extendieron sus ramas y pasaron el mar.” (Isaías 16:8)

Este “muro” es el mar (Josephus: Wars of The Jews, Libro VI, Capítulo 5, Párrafo 2).

Siglos después, Moisés dio el mismo tipo de mensaje profético, revelándoles las mismas promesas a los descendientes de José:

“A José dijo: Bendita de Jehová sea tu tierra con lo mejor de los cielos…Y con las mejores dádivas de la tierra y su plenitud; Venga sobre la cabeza de José, Y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos…arrinconará a todos los pueblos hasta los confines de la tierra;Ellos son los diez millares de Efraín, Y ellos son los millares de Manasés.” (Deuteronomio 33:13-17)

Con estas escrituras podemos ver que José será separado de sus hermanos.

Si en las siguientes escrituras prestamos atención, veremos que nos dicen que él saldrá de Jerusalén antes de que fuera llevada al cautiverio por Babilonia, ya que tendría que completar esta misión de recoger a todos los pueblos de los confines de la tierra.

“Porque de Jerusalén saldrá un remanente, y del monte de Sión los que se salven. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.” (Isaías 37:32)

“Huid, idos muy lejos, habitad en lugares profundos, oh moradores de Hazor, dice Jehová:porque tomó consejo contra vosotros Nabucodonosor rey de Babilonia, y contra vosotros ha formado un designio. Levantaos, subid a una nación pacífica que vive confiadamente, dice Jehová, que ni tiene puertas ni cerrojos, que vive solitaria.” (Jeremías 49:30-31)

“Porque los campos de Hesbón fueron talados, y las vides de Sibma; señores de naciones pisotearon sus generosos sarmientos; habían llegado hasta Jazer, y se habían extendido por el desierto; se extendieron sus plantas, pasaron el mar.” (Isaías 16:8)

“Con llanto de Jazer lloraré por ti, oh vid de Sibma; tus sarmientos pasaron el mar, llegaron hasta el mar de Jazer…” (Jeremías 48:32)

Dios dice que sacaría un remanente de Hesbón y Sibma, pero, ¿por qué de aquí? Según Números 32:37-38, los hijos de Rubén se colocaron en estas tierras. En 1 Crónicas 5:1 leemos que los derechos de primogenitura de Rubén se les dieron a los hijos de José. Y según 1 Crónicas 9:3, algunos descendientes de Efraín y Manasés estaban en Jerusalén, y de ahí los haría cruzar el mar, pero, ¿A dónde?

“Ay de la tierra que hace sombra con las alas, que está tras los ríos de Etiopía.” (Isaías 18:1)
“De la región más allá de los ríos de Etiopía me suplicarán; la hija de mis esparcidos traerá mi ofrenda.” (Sofonías 3:10)
“No ejecutaré el ardor de mi ira, ni volveré para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre, el Santo en medio de ti; y no entraré en la ciudad. En pos de Jehová caminarán; Él rugirá como león; rugirá y los hijos vendrán temblando desde el occidente.” (Oseas 11:9,10)

Si nos situamos en un mapa, yendo de Israel, tras los ríos de Etiopía o sea en el norte de África y a través del mar encontramos una tierra sombreada con alas: América, la tierra que vive solitaria, teniendo ni puertas ni cerrojos.

Una vez que hemos establecido que la descendencia de José llegaría a America, ¿qué tiene que ver esto con otro libro de escritura? Leamos otra profecía que se hace a Efraín:

“Porque multiplicó Efraín altares para pecar, tuvo altares para pecar. Le escribí las grandezas de mi ley y fueron tenidas por cosa extraña.” (Oseas 8:11-12 )

Veamos cómo es la ley de Dios que fue escrita por Efraín:

 “Hijo de hombre, toma ahora un palo, y escribe en él: Para Judá y para los hijos de Israel sus compañeros. Toma después otro palo, y escribe en él: Para José, palo de Efraín, y para toda la casa de Israel sus compañeros. Júntalos luego el uno con el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano.” (Ezequiel 37:16-17)

¿Qué quiere decir esto? Tenemos en nuestras manos el Antiguo Testamento, en su mayoría gracias a la tribu de Judá, el apóstol Pablo era descendiente de la tribu de Benjamín, la cual fue compañera de Judá en el reino del sur, entonces con base en esto podríamos decir que la Biblia es el palo de Judá pero entonces ¿cuál es el palo de Efraín? y ¿cuándo se uniría este palo al palo de Judá?

Algunas profecías de Isaías nos aclararán más en cuanto a este asunto en el capítulo 29:

“Deteneos y maravillaos; ofuscaos y cegaos; embriagaos, y no de vino; tambalead, y no de sidra.” (vers. 9)

Con exactitud señaló la condición del mundo religioso en que muchos negarían la posibilidad de revelación de Dios:

“Porque Jehová derramó sobre vosotros espíritu de sueño, y cerró los ojos de vuestros profetas, y puso velo sobre las cabezas de vuestros videntes.” (vers. 10)

El Señor prometió que en medio de tales condiciones, restauraría poder espiritual. Por medio de una “visión”, un “libro” llamaría la atención de todo el mundo:

“y os será toda visión como palabras de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren: Lee ahora esto: él dirá: No puedo, porque está sellado.”(vers. 11)

Ni los sabios ni los indoctos fueron capaces de traducirlo por sí mismos:

“Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí y su temor de mí no es más que un mandamiento de hombres que les ha sido enseñado; por tanto, he aquí que nuevamente exitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos.” (vers. 13-14)

Con la aparición del libro, los que antes estaban sordos a la palabra de Dios ahora la oirían, los ciegos espirituales podrían ver, los humildes se regocijarían por estas palabras, los que murmuraban aprenderían la doctrina, los pobres se regocijarían en Jesucristo, el Santo de Israel. Este libro testificaría de Cristo:

En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas. Entonces los humildes crecerán en alegría de Jehová, y aún los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel.” (v. 18-19) “Y los extraviados de espíritu aprenderán inteligencia, y los murmuradores aprenderán la doctrina.” (vers. 24)

El momento de la historia en que ocurrían estos eventos también fue profetizado. Para que podamos comprobarlo debemos asociar la “visión” y el “libro”; Isaías declaró:

“¿No se convertirá de aquí a muy poco tiempo el Líbano en campo fructífero, y el campo fértil será estimado por bosque?” (vers. 17)

Nos dice que vendría un poco antes que reverdeciera el Líbano (hacerse productivo y fértil). Por siglos el Líbano no fue productivo, teniendo solamente una estación de lluvias por año. Pero en los años cerca de 1850, las lluvias retardadas de fin de año empezaron otra vez, y la tierra se volvió muy fértil, en realidad más que las regiones cercanas.

Antes de que este tiempo viniera, José Smith, hijo, profetizó públicamente en la década de 1830 que en el futuro cercano, el Líbano reverdecería en el cumplimiento de la profecía citada en Isaías 29. Se burlaron de él y no le creyeron. Eso fue una declaración muy atrevida, puesto que tendría que probarse en el futuro. Más aún la visión de José Smith en 1823, y sus profecías públicas, remarcaban cambios que vendrían en la productividad de el Líbano, vecino norte de Palestina.

El 24 de octubre de 1841, el apóstol Orson Hyde subió al Monte de los Olivos y ofreció una oración inspirada para que Dios bendijera la tierra para el regreso de los Judíos.

George T.B. Davis escribió :

“Un cambio mejor vino al fin de la Guerra de Crimea en 1856.” El progreso en la productividad en Palestina continuó siendo notable en los primeros años mil novecientos. “…Desiertos arenosos y secos fueron transformándose en hermosas arboledas de naranjos. Lugares desérticos se transformaron como el Huerto de Edén.” Todo esta reconstrucción de la tierra tiene lugar ante nuestros ojos exactamente como fue dicho por los profetas del Antiguo Testamento hace miles de años (Rebuilding Palestine According to Prophecy, [1935] p. 15-16, 34.)

Leamos un poco de lo que dice la Enciclopedia Británica, edición undécima (1911) -también se encuentra en la edición decimotercera (1926)-, bajo el título “Lebanon”(Líbano):

“La población mezclada, en conjunto, muestra características usuales de los montañeses…pero su ferocidad antigua se ha aminorado ante la acción fuerte del gobierno desde mediados del siglo diecinueve y el gran incremento de la agricultura persiste, por lo cual el trabajo pastoral ahora es secundario. El cultivo de árboles de moras, seda, de tabaco, del olivo y vid, de muchas clases de frutas y cereales, se han aumentado enormemente, y el Líbano ahora es probablemente la región más productiva de Turquía Asiática en proporción a su área.”

 

Con base a esto podemos afirmar que el libro al de Isaías se refiere al mismo del que se habla en Ezequiel pero sabe usted ¿Cuál es?
Veamos qué nos dice David en el libro de Salmos:

“¿No volverás a darnos vida, para que tu pueblo se regocije en ti? Muéstranos, oh Jehová, tu misericordia, y danos tu salvación. Escucharé lo que hablará Jehová Dios; Porque hablará paz a su pueblo y a sus santos, Para que no se vuelvan a la locura. Ciertamente cercana está su salvación a los que le temen, Para que habite la gloria en nuestra tierra. La misericordia y la verdad se encontraron; la justicia y la paz se besaron. La verdad brotará de la tierra, y la rectitud (justicia) mirará desde los cielos.” (Salmos 85:6-11)

Ahora puede surgir la pregunta ¿Qué es la verdad?

“Santifícalos en tu verdad; tu palabra es la verdad.” (Juan 17:17)

Jesucristo enseñó en Juan 10:16 que él tenía otras ovejas que no eran de ese redil (Jerusalén)  y que oirían su voz. En Mateo 15:24 leemos que Él únicamente fue enviado a las ovejas perdidas de la casa de Israel.
Solamente ha habido un libro que brotó de la tierra que afirma ser doctrina , que contiene la historia de descendientes de José  que llegaron al continente americano y que testifica de la venida de Jesucristo a las Américas, ese libro es el Libro de Mormón.

[avatar] por Javier Fuentes Mora

Patrocinadores