A los miembros de la Iglesia siempre se nos ha instado a prepararnos para los tiempos de adversidad. Como familia hemos repasado los principios básicos relacionados con la importancia del almacén familiar. En el folleto Preparad todo lo que fuere necesario: El almacenamiento familiar en el hogar, aprendimos que para cuidar a nuestra familia debemos realizar tres cosas sencillas:

 1. Almacenar alimentos para tres meses.
2. Almacenar agua potable.
3. Almacenar alimentos para sobrevivir a largo plazo de manera gradual.

Debido a que nuestra familia es numerosa, no ha sido fácil encontrar los espacios necesarios para el almacenamiento familiar; sin embargo con la ayuda de las ideas de las autoridades, nos hemos ingeniado para guardar los comestibles en cajas debajo de las camas, en repisas y discretamente en cada rincón disponible. Ahora habitamos una casa donde afortunadamente hay un pequeño cuarto adicional y lo hemos habilitado para almacenar. Es una gran bendición contar con ese espacio para guardar paquetes envasados de trigo, arroz blanco, leche en polvo descremada, avena instantánea, frijol, miel, agua embotellada y otros productos de primera necesidad.
Hace algunos años tuvimos la experiencia de recurrir a nuestro almacén familiar cuando las tuberías del agua potable se dañaron y tardaron varios días en ser reparadas. El gobierno envió agua para suministrar a la comunidad, la cual debía hacer largas filas para recibirla en forma racionada. Como era insuficiente provocaba contenciones y riñas entre la gente. Entonces vimos el cumplimiento de la escritura “… si estáis preparados, no temeréis”pues teníamos agua almacenada para nuestras necesidades básicas; así salimos adelante de esa contingencia con corazones agradecidos. También nos ha llenado de gozo el compartir con hermanos de escasos recursos.
Nos hicimos la siguiente pregunta: ¿Por qué el tener un almacenamiento adecuado de comida puede ser tanto una bendición espiritual como temporal? En Doctrina y Convenios 29:34 aprendimos lo que dice el Señor: “… para mí todas las cosas son espirituales; y en ninguna ocasión os he dado una ley que fuese temporal…” Algunos miembros no tenemos dinero ni espacio suficientes para el almacenamiento; pero si seguimos el ejemplo de la viuda de Sarepta de hacer con fe lo que el Señor nos mande por medio de Sus siervos los profetas hasta donde nos sea posible, simbólicamente nuestra poca “harina de la tinaja” no escaseará, ni nuestro poco aceite de la vasija disminuirá, y las bendiciones del Señor se cumplirán: “…y será en su propio tiempo y a su propia manera y de acuerdo con su propia voluntad”.
Hemos tenido presente el consejo del Presidente Thomas S. Monson: “Habría muchas más personas capaces de superar las dificultades económicas de su vida si contaran con… un almacenamiento suficiente… y si no tuvieran deudas. En la actualidad, observamos que muchos han seguido este consejo al revés: tienen al menos un año de deudas almacenadas y no tienen comida”. El seguir el consejo de los profetas nos ha llenado de paz y tranquilidad.
Fuente: “Si estáis preparados”, Por Cándido Saucedo Sosa del Barrio Benemérito Estaca Arbolillo México  (sud.org.mx)    
[avatar] por Abish Estrada

Patrocinadores