En un evento celebrado en el Área Sudamérica Sur le hicieron al Élder Bednar la siguiente pregunta:
“¿Cómo pueden los miembros homosexuales de la Iglesia vivir y permanecer fieles en el evangelio?”
Para lo que él respondió:
“Primero quiero cambiar la pregunta, no hay miembros homosexuales en la Iglesia.
No somos definidos por nuestra atracción sexual, no somos definidos por la conducta sexual; nosotros somos hijos e hijas de Dios y todos tenemos diferentes desafíos en la carne.
Hay muchos desafíos diferentes, sería un desafío ser muy hermosa o muy guapo, y en el mundo en el que vivimos jamás desarrollar un carácter profundo, porque podemos abrir puertas y tener éxito sólo por nuestra apariencia física, y nos volvemos poco profundos y superficiales en muchos aspectos de nuestras vidas. Eso puede ser un desafío en la carne.
Algunas personas pueden tener limitaciones físicas, quizá hayan nacido con un cuerpo que no es totalmente funcional, o quizá tengamos una inclinación para ser atraídos por personas del mismo sexo.
A través de la expiación de Jesucristo, somos bendecidos con el albedrío moral. El albedrío es la capacidad de actuar y no simplemente para que se actúe sobre nosotros.
Esto es una botella de agua, (el élder Bednar toma la botella en sus manos), es un objeto, no tiene capacidad de actuar, es un objeto sobre el cual sólo se puede actuar, así que este objeto se mueve si yo causo que se mueva, o si otra fuerza hace que se mueva.
Ustedes y yo no somos objetos, somos agentes bendecidos con el albedrío debido a la expiación de Jesucristo. Y con ese albedrío debemos actuar y no que se actúe sobre nosotros. Ese albedrío nos da la capacidad para determinar cómo vamos a responder a la variedad de desafíos que experimentamos en la carne. Así que ustedes eligen si ustedes actúan de acuerdo con las enseñanzas de Cristo.
Simplemente ser atraídos hacia alguien del mismo sexo no es un pecado. Hay muchos miembros de la Iglesia que quizá tengan alguna manifestación de esa atracción. Ellos honran sus convenios, guardan los mandamientos, son dignos, pueden recibir las bendiciones del Templo, y pueden servir en la Iglesia. Cuando actuamos siguiendo esa inclinación o atracción, ahí es cuando se transforma en pecado.
Así que la manera en que yo comencé la respuesta, la manera en que la cambié, es que en esta pregunta la palabra `homosexual´ fue usada para describir o poner una etiqueta en un miembro de la Iglesia; es una etiqueta inadecuada, nosotros somos hijos e hijas de Dios, y nosotros determinamos cómo actuamos en la variedad de desafíos que enfrentamos en esta vida mortal, a través del ejercicio apropiado de nuestro albedrío moral.
Ahora quiero hablarles muy directamente, el mundo enseña que debemos ser tolerantes y aceptar. Hay algunas cosas que nosotros no aceptamos ni toleramos, nosotros amamos a todas las personas con cualquier desafío que cualquier persona enfrente, el propósito del evangelio de Jesucristo y de la Iglesia del Salvador, es ayudar a las personas a que reciban la fortaleza para manejar esos desafíos, así que no discriminamos y no somos intolerantes con las personas, extendemos el amor de Cristo a todos los hijos e hijas de Dios. Pero ¿cuál es el propósito del plan del Padre? Llegamos a la Tierra y somos bendecidos para recibir un cuerpo físico. El matrimonio entre un hombre y una mujer es ordenado por Dios, y la familia es el centro del plan del Padre para la felicidad y el destino eterno de sus hijos. Ese plan es interrumpido en cualquier cosa que no sea el matrimonio entre un hombre y una mujer.
Ahora, José Smith no creó el plan, Thomas S. Monson no creó el plan, Dios el Padre Eterno creó el plan. El Salvador a través de su expiación hace que el plan sea operativo y efectivo en nuestras vidas, y el Padre no ha cambiado de idea sobre cómo debe operar el plan. Así que por favor no dejen que las voces del mundo los confundan o los guíen en una dirección diferente. A medida que lleguen a una mejor comprensión del plan del Padre entonces ustedes entenderán el propósito del matrimonio entre un hombre y una mujer.
Un punto relacionado a esto, son las diferencias divinas otorgadas a un espíritu femenino y a un espíritu masculino. Necesitan leer y estudiar una y otra vez la proclamación de la familia, enseña que el género es una característica esencial de la identidad pre-mortal, mortal y eterna de los individuos. Así que cuando ustedes toman esas diferencias divinamente diseñadas, las capacidades y talentos de un espíritu femenino, y las de un espíritu masculino, y estos son sellados por el poder del Sacerdocio, crea una unidad y son uno, crea un todo que no se puede alcanzar de ninguna otra manera.
La hermana Bednar y yo hemos estado casados durante 41 años, ella es, aparte del Espíritu Santo, la más grande maestra que yo he tenido. Ella no piensa cómo pienso yo, ella no ve lo que yo veo, y aprendo mucho de las cosas que ella ve y piensa que son diferentes.
A veces los hombres y las mujeres se frustran con el otro porque no ven las cosas de la misma manera, y no se supone que vean las cosas de la misma manera, y la educación que viene con un hombre y una mujer en un matrimonio ordenado por Dios es una de las bendiciones más ricas de esta vida.”
Fuente: Sesión de preguntas y respuestas con el Élder David Bednar en Área Sudamérica Sur. Febrero 2016.
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