En Guadalajara México se utiliza esta expresión “marrano o puerco” para etiquetar a una persona que viola la ley de forma consciente; la aplicación de esta expresión es un tanto diferente a como se utiliza en el resto del país, que hace mas referencia a la falta de limpieza.

Durante la época en que Cristobal Colon planeaba su viaje trasatlántico para encontrar otra vía de llegada a las indias, la Santa Inquisición estaba en su pleno apogeo; los judíos residentes en España eran fuertemente oprimidos, ultrajados, encarcelados, asesinados y privados de sus riquezas a manos de los clérigos que oficiaban como inquisidores; de este modo amasaron importantes fortunas. Los reyes de españoles emitieron leyes de advertencia para que todo judío residente optara por el cristianismo so pena de expulsión, cárcel o muerte.

MARRANOS.
“Marrano” es un término que hacia referencia a los judeoconversos de los reinos cristianos de la Península Ibérica que “judaizaban”; es decir, que seguían observando clandestinamente sus costumbres y su anterior religión.

Etimología de la palabra “marrano”.
Para algunos autores la palabra «marrano» procede del árabe “muḥarram” (‘cosa prohibida’), expresión usada para designar, entre otras muchas cosas, al cerdo, cuya carne está prohibida para judíos y musulmanes.

La palabra se utilizó primero en el romance peninsular para designar a este animal (documentada desde 965). Para designar de forma hiriente a los cristianos nuevos, está documentada en castellano desde comienzos del siglo XIII, seguramente porque estos conversos se abstenían de comer carne de cerdo.

El “criptojudaísmo” de los “marranos” (practica de la fe judía en forma secreta), fue justificado por los rabinos con el argumento de que los judíos podían -e incluso debían- fingir convertirse a otra religión si creían en peligro su vida y estaban exentos de cumplir aquellas prácticas del culto que pudieran delatarles —sólo se les exigía en última instancia que mantuvieran la fe en sus conciencias—

Especialmente entre los siglos XV y XVII, el vocablo “marrano” se utilizó de forma extensiva y peyorativa para designar a todos los judeoconversos y a sus descendientes, llevando implícita la insinuación de cristianismo fingido. Y el termino era aplicado, tanto por parte de los judíos ortodoxos que criticaban esta actitud hipócrita, como tambien por parte de los españoles de origen, aunque todo aquel judío que no aceptaba el cristianismo quedaba sujeto a toda clase de injusticias.

El edicto de Granada de 31 de marzo de 1492 por el que se obligaba a salir de España a los judíos que no optaran por la conversión, no afectaba a los “marranos” en un principio, (más bien aumentó su número). Sin embargo, con el pasar del tiempo aun ellos fueron objeto de represalias. Y aun a pesar de esta medida injusta, pero que bridaba cierta seguridad temporal, muchos judíos 100% practicantes de su fe, se aferraron a su religión y por este motivo se les expulso de la región de Toledo España de forma definitiva el 3 de Agosto de 1492.

CRISTÓBAL COLÓN.

Varias situaciones relacionadas señalan a que precisamente Cristóbal Colón zarpa para el Nuevo Mundo en esta fecha porque el era un judío que ocultaba su origen, o “marrano”; ya que su firma, el contenido de su testamento, las cartas a su hijo y amigos íntimos, y otros documentos asi lo demuestran; el historiador británico Cecil Roth cita que en sus cartas personales usaba un anagrama y que era una versión criptica del kadish, una oración que era recitada en las sinagogas judías, que solo era utilizada por ellos; pero no asi las cartas dirigidas a los reyes de España.

Colón incluyo dentro de su tripulación a varios “marranos”, osea, judíos que aparentaban ser cristianos, y quienes formaron parte activa de la conquista y poblamiento de la Nueva España. También algunos de los primeros monjes franciscanos eran judíos convertidos como Fray Bernardino de sahagun, Bartolome de las Casas, Fray Alonso de la Veracruz, y otros… Que tambien llegaron a América.

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Ya se ha reconocido que fueron judíos quienes financiaron el viaje del descubrimiento de América; entre otras razones con la esperanza de encontrar nuevos horizontes para un pueblo perseguido, y tambien porque en las tres caravelas venían muchos otros judíos a quienes se les había dado de plazo esa noche para irse de España o serian ejecutados.

EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA FUE FINANCIADO POR JUDÍOS.
Luis de Santángel Vilamarchante – (Valencia – 1498) fue un funcionario de la corte de Fernando el Católico y protector de Cristóbal Colón. Era hijo de Luis de Santángel el Viejo y Doña Brianda y pertenecía a una familia de conversos de origen judío, procedente del Reino de Valencia (otras fuentes citan que de Daroca), una de las más prósperas “comunidades hebraicas” de Aragón en el siglo XIV.
Su padre Luis, heredero universal de su padre, fue comerciante y siempre tuvo excelentes relaciones con los Reyes Alfonso V El Magnánimo y Juan II. Se enriqueció debido a diversos negocios, pero sobre todo gracias a la concesión adjudicada por Juan II del arriendo de derechos pagados por los genoveses residentes en Valencia.
Luis de Santángel fue nombrado escribano de Ración el 13 de septiembre de 1481.1 Su función principal en la Corte del Rey Fernando era la financiera: prestar dinero al Monarca, que éste después le devolvería con cargo a diversas rentas.
Fue determinante para la consecución de la expedición de Colón, al que conoció en 1486. Colón, tras entrevistarse con los reyes y no lograr convencerles, decidió marchar a Francia para ofrecer sus servicios a su monarca. En ese momento conoció a Santángel, quien tras conseguir que los reyes volvieran a escuchar al navegante y ofreciéndose él mismo para financiar el proyecto, propició que los monarcas aceptaran las pretenciosas condiciones impuestas por el futuro Almirante en las Capitulaciones de Santa Fe, firmadas por Santángel, como secretario del Rey. Así, asumió la dirección económica de la empresa, asegurando la parte que correspondía aportar a la Corona de su fortuna personal y sin intereses: 1.140.000 maravedíes.

MUCHOS JUDÍOS FUERON PERSEGUIDOS.
Los judíos que fueron expulsados y salieron hacia Portugal fueron obligados, en 1493, a separarse de sus hijos. Por orden de Juan II de Portugal, setecientos de éstos fueron deportados a la Isla de Santo Tomé, y ocho meses más tarde fueron convertidos en esclavos.

Coincidiendo con la Pascua judía, el 19 de marzo de 1497, se ordenó llevar a Lisboa a todos los hijos de judíos que aun no se habían convertido al cristianismo que tuvieran entre cuatro y catorce años. Sólo después de llegar allí se informó a sus padres de que se separarían definitivamente de sus hijos, que serían adoptados por familias cristianas. Ante esa situación, algunas familias optaron por la conversión, mientras que a las que no lo hicieron así fueron arrebatados violentamente. Algunos consiguieron esconder a sus hijos, y en algunos casos prefirieron matarles ellos mismos.

A todos los judíos que terminaban aceptando esta “fe obligada”, la evidente causa forzosa de sus muchas conversiones les hacía sospechosos de judaizar, y su identificación con los apelativos de “cristiano nuevo” y “marrano” testimoniaba su discriminación social de forma idéntica que en Castilla.
En 1506 hubo una matanza de cinco mil conversos judíos al cristianismo en Lisboa (masacre de Lisboa de 1506).
En 1536 se estableció la Inquisición portuguesa que en los siglos que tuvo actividad (hasta su abolición en 1821) mandó ejecutar a 1.200 personas, quemar en efigie a 600 y condenó a distintas penitencias a 29.000.

“MARRANOS” EN LA NUEVA ESPAÑA.
La colonización de América fue una oportunidad para muchos cristianos nuevos (marranos incluidos) de alejarse de un entorno en el que eran discriminados; no obstante, hubo limitaciones legales que tuvieron que eludir, como demuestra el caso de Luis de Carvajal y de la Cueva, quien formó en Monterrey (Nuevo Reino de León) una verdadera “comunidad marrana”, duramente reprimida.

La Villa de Guadalajara la fundaron 42 vecinos y un perro dalmata; el nombre de Guadalajara lo tomaron en recuerdo de Guadalajara, España, cuna de Nuño de Guzmán. Poco duró la villa en este sitio; con la anuencia de Guzmán, Cristóbal de Oñate, Miguel de Ibarra y Sancho Ortiz, el 19 de mayo de 1533, proyectaron mudarla de lugar en donde hubiera más agua, mejores medios de comunicación y menos Tolvanera.

El martes 14 de febrero de 1542 fundaron Guadalajara por cuarta y definitiva vez, después de tres intentos fallidos.

Fue sólo en el año de 1542 cuando se asentaron definitivamente en el actual sitio del Valle de Atemajac sesenta y tres familias españolas, a instancias de una valerosa mujer: doña Beatriz Hernández, que exhortó a la comunidad a no volverse a mudar y quedarse este sitio.

En el mes de agosto de 1542, llegaron a su destino las reales cédulas expedidas por el emperador Carlos V y I de España, en noviembre de 1539, en las cuales concedía a Guadalajara el título de ciudad y escudo de armas.

Como parte de la herencia que hemos recibido quienes habitamos esta ciudad de Guadalajara, queda latente el termino de “MARRANO”, que aun se aplica a quienes desobedecen la ley. Se aplica desde hace siglos a todo aquel que viola la ley de forma consciente, pero pocos sabemos o atribuimos el origen de este termino a la persecución que sufrieron los judíos de España por ser obligados a aceptar el cristianismo.

Muchos de sus descendientes hoy forman parte de la población de México, aunque la gran mayoría nada sabe de su origen judío.

La única pista que tenemos de que nuestros ancestros fueron judíos “marranos”, la podemos encontrar mediante nuestros apellidos; ya que en España se conserva hasta hoy una relación de las familias judías que fueron expulsadas de la región de Toledo España el 3 de Agosto de 1492, con apellidos tales como Perez, Serrano, o Medina; cuyo origen es judío Sefardi, de la vieja España de la Inquisición… Espero esta historia haya sido de su interés. 😀

[avatar] por Jesús Serrano

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