Estamos a nada de terminar el año, y con ello dejar atrás todo lo que pasó en el año. Una de las tradiciones más comunes es establecer propósitos de año nuevo, o metas que deseamos llevar a cabo en el año que empieza, las más concurrentes son hacer ejercicio, dejar malos hábitos, viajar, leer, etc.
Las metas pueden tener mayor éxito de realización cuando cumplen con algunas características, por ejemplo:

  1. SER CLARAS Y PRECISAS. Si nos enfocamos en observar todo lo que implica dicha meta veremos las acciones necesarias para llevarla a cabo con más facilidad. Escribir acciones precisas, por ejemplo, no decir “bajar de peso” sino, “salir a correr a las 7 a.m.” o “ir al nutriólogo para obtener una alimentación balanceada”. Hará que nuestra meta se convierta en acciones específicas.
  2. ESTAR VISUALMENTE PRESENTES. Ya sea en tu agenda, en una hoja en tu recámara o en el refrigerador, o bien un collage con imágenes, es importante que sean claras y precisas, con frases que te motiven a realizarlas y sirvan de recordatorio constante.
  3. SER ALCANZABLES. Es importante que sean reales, (en relación también con el tiempo y los recursos), será muy poco probable bajar 20 kilos en dos días o empezar un negocio al final del primer mes si aún no tienes la idea o los recursos monetarios necesarios.
  4. TIEMPO CONCRETO. Establece cuándo quieres obtener el resultado, siendo consciente de que el resultado final variará dependiendo de la meta, la cual podrá obtenerse al final de varias semanas, meses o más; y en función de eso el tiempo que le dedicarás a dicha meta, por ejemplo, un número de horas al día tratándose de aprender a tocar un instrumento.
  5. SER PROGRESIVAS/ GRADUALES. Que puedan alcanzarse en base a un esfuerzo constante, paso a paso. En los proyectos de investigación existen objetivos específicos que le anteceden al objetivo general, lo mismo puedes hacer al plantear tu meta. Conocer qué acciones son las que de manera creciente te llevarán a tu meta. Así que estudia tu objetivo general y observa qué necesitas saber y qué acciones necesitas hacer antes de poder llegar al resultado final, así trabajarás en acciones concretas y específicas que te llevarán a un resultado más grande.
  6. QUE TE LLEVEN A PROGRESAR. Ya sea emocionalmente, económicamente, físicamente o espiritualmente, piensa en que dicha meta debe ayudarte a progresar en esta tierra.
  7. QUE SEAN SIGNIFICATIVAS/MOTIVACIÓN. No pongas metas que no te interesan sólo por moda o presunción. Si leer 100 libros en el año no es tan significativo para ti, no lo plantees como meta (y si lo haces ve al punto 3). La razón por lo que no debes plantearla es que si en realidad no es algo que te motiva, es poco probable que lo cumplas y por ende que te decepciones o que inviertas tiempo en algo que no te ayudará a sentirte realizado. Plantea el porqué de esta meta y en qué te favorecerá a ti o a los que te rodean.
  8. SER FLEXIBLE. Si planteaste con objetividad las metas quizá no necesites cambiar mucho las acciones, pero si no, puede que te des cuenta en el camino que dedicar 5 hrs al día para leer el libro de mormón no fue algo muy realista (punto número 3 y 4), y deberás cambiar tus estrategias, lo cual está bien. Pero no te desanimes y desistas de tu meta, sólo haz cambios en tus estrategias que te ayudarán a llevar a cabo con mayor facilidad tus objetivos.

Recuerda que así como nuestro Padre Celestial sabe que esta vida es de probación y nuestro progreso será gradual, así también sé consciente de tus esfuerzos, premia cada vez que cumplas con tus objetivos y no bajes la guardia en ningún momento, bien decía Lehi el secreto está en ser “firmes, constantes e inmutables”.
Las metas son importantes, como dijo alguna vez el presidente Thomas S. Monson en su discurso “Decisiones”

“La mayoría de ustedes están familiarizados con Alicia, de la novela clásica de Lewis Carroll: Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas. Recordarán que llega a un cruce con dos caminos ante ella; cada uno sigue hacia adelante pero van en direcciones opuestas. Al considerar qué camino tomar, la confronta el gato de Cheshire, a quien Alicia pregunta: “¿Qué camino debo seguir?”.

El gato contesta: “Eso depende de dónde quieres ir. Si no sabes a dónde quieres ir, entonces tampoco importa mucho el camino que tomes”. “

Si nosotros no determinamos a dónde queremos dirigirnos, qué queremos lograr este año, nos estaremos dejando llevar por las circunstancias de nuestra vida.
El presidente continúa:

“A diferencia de Alicia, nosotros sabemos a dónde queremos ir, y sí importa por cuál camino vayamos, porque el camino que tomemos en esta vida conduce a nuestro destino en la venidera.

Que escojamos edificar en nuestro interior una fe firme y poderosa que sea nuestra defensa más eficaz contra los designios del adversario; una fe real, el tipo de fe que nos sostendrá y reafirmará nuestro deseo de escoger lo correcto. Sin una fe así, no llegaremos a ninguna parte; con ella, podremos lograr nuestras metas.”

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Feliz año nuevo a todos y pidamos fortaleza para ser constantes en nuestro progreso este año.

[avatar] por Abish Estrada

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