[El siguiente artículo refleja el punto de vista de su autor, mas no el de MundoSUD ni el de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días]

¿Qué es un Déja Vú?

Viene del francés “ya visto antes” es la extraña sensación en nuestra memoria que nos dice que la experiencia que estamos teniendo ya la hemos vivido previamente. Hay explicaciones teóricas médicas del porqué experimentamos los “Dèja Vú” relacionándolas con anomalías neuronales; pero, ¿y si realmente las vivimos previamente?
El Señor tiene el poder de controlar los tiempos, incluso para que se cumplan sus sagrados ojetivos y a veces modifica escenas de nuestras vidas no para alterar nuestro albedrío sino para salvarnos de peligros que hagan que “morir nos toque sin llegar” (Himno #17 “Oh está todo bien”), o para que se de cierta circunstancia que ayude a Su obra. Al haber modificado esa escena y al repetirse, para nosotros sería “primera vez” que la experimentamos, sin embargo, sería una circunstancia “editada” y por ende el experimentar ese momento ya nos parece familiar.
¿No les parece a veces muy increíble que estabamos por hacer algo tan lógico de hacer pero abruptamente y contra pronóstico hacemos otra cosa? ¿No les parece raro que a veces tomamos calles que habitualmente nunca tomamos en nuestros caminos diarios? ¿Acaso no ha pasado que se frustró increíblemente cierto viaje? A veces sucede que nos hemos salvado de accidentes o atentados sin saberlo cuando hemos decidido salir de lo rutinario de nuestros días, y es cuando entonces viene la famosa frase “por algo pasan las cosas”.
Hay un ejemplo que da el escritor C. S. Lewis sobre cómo es que Dios no está sujeto al tiempo y puede hacer muchas cosas a la vez sin retrasarse: Dice que Dios es como un escritor que está escrbiendo una historia en la que se encuentra en un momento en que un piloto sabe que va a morir en los siguientes 10 segundos porque su avión tiene un desperfecto, él está nervioso y tenso porque sabe que su avión está a punto de chocar con el suelo. Para el piloto su vida depende de 10 segundos, pero para el escritor que está afuera de esa realidad el tiempo está detenido y no importa cuánto tiempo le tome para resolver tal dificultad no avanzará ni un solo segundo de esos 10 que le quedan al piloto. Entonces el escritor decide borrar los 10 segundos y decide más bien colocar 10 minutos, y así el piloto tiene más tiempo, menos nerviosismo y más lucidez. Entonces el piloto soluciona el problema y se ha salvado. Para el piloto se ha salvado dentro de los 10 minutos, y nunca supo que en realidad antes era 10 segundos pero su creador decidió ayudarle de esa manera.

Dios no está sujeto a nuestro tiempo y puede modificar ciertas circunstancias de nosotros aunque nosotros no lo sepamos y sin alterar nuestro albedrío, pero nuestro espíritu siente que tal circunstancia al parecer ya la vivimos. Por eso cuando yo tengo un Dèja Vú pienso que el Señor ha modificado mi circunstancia para salvarme de algo o beneficiarme para algo y me siento muy agradecido.
En ese mismo ejemplo del piloto, el escritor C.S. Lewis dice que incluso Dios es como un escritor que tiene millones de obras escribiendo a la vez, en una historia el piloto está por morir en los próximos 10 segundos y éste ora a Dios pidiendo que lo salve; En otra historia que escribe hay una niña llorando porque está perdida y asustada y se pone a orar para que su padre la encuentre; entonces el escritor toma varios minutos y al fin decide dar una solución concordante con la historia y así originar que el padre de la niña perdida, la encuentre. Después de darle solución a la historia de la niña perdida tomándose varios minutos, entonces vuelve a la historia del piloto que en 10 segundos morirá, aunque el escritor se ha tomado varios minutos e incluso atendió otro asunto aún así para el piloto no ha avanzado ni un solo segundo de esos 10 que le llevarán a la muerte. Entonces el escritor le cambia de 10 segundos a 10 minutos y así el piloto soluciona el problema y se salva. El escritor pudo atender dos circunstancias, una que estaba al borde de la muerte y otra de miedo, aunque atendió a una y desatendió a la otra “en el tiempo de él” o sea del escritor, aún así pudo volver a atender a la historia “desatendida” y darle solución sin que ésta haya perdido un solo segundo, y así en “el tiempo del piloto y de la niña perdida” a ninguno de ellos los desatendió. Así Dios al no estar en la dimensión del tiempo de nosotros, puede ser omnipresente, omnisciente y omnipresente ante cualquier circunstancia, ya sea que tengan lágrimas de una niña perdida o llanto de un condenado a morir Él tiene todo a su disposición para cambiar las cosas sin llegar tarde.
“¡Cuánto más poderosos y nobles son los pensamientos y obras de Dios que las vanas imaginaciones y cálculos que el corazón humano hace para medir el amor y el poder de Dios” (*José Smith History of the Church 3:298-296*)

[avatar] por Fernando Illanes

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